miércoles, 15 de octubre de 2014

LA MÁSCARA.















Las máscaras que nos ponemos de cara al mundo las utilizamos para tapar la negatividad de nuestro ser inferior .
Si bien es cierto que nos ayudaron en algún punto de nuestro crecimiento a atravesar situaciones de conflicto, llega un punto en que no son necesarias y nos estorban porque el precio que pagamos por usarlas es el vacío interior.



2 comentarios:

  1. Seguramente nuestro ser inferior, por sí mismo, no tiene negatividad. ¿Qué hubiera pasado si no nos hubiéramos puesto la primera máscara? ¿No es esa justamente la negatividad?
    Y el vacío interior, ¿qué es?
    No hay que atravesar máscaras para salir. Se sale por el corazón y las máscaras se queman y caen solas a su calor, y con ellas caen el mundo y la autoimagen creado a través de ellas.
    Valor en el proceso => Satisfacción de llenar el vacío. Y salir del atolladero.

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  2. SER:
    Las primeras capas vienen contigo desde antes de entrar en la dimensión de esta vida. Es un proceso de creación que, como entidad nacida, busca su realización en el plano que fue generada (3d), y con el tiempo su tendencia es a extinguirse.
    El riesgo radica en identificarse con uno mismo (con el ser inferior, como dices, y sus capas), y no con el Ser Superior y su Luz. Porque idendificándote con tu creación, la prolongas. Sin embargo, si giras la atención hacia la Luz, esa creación terminará cuando se le acabe el combustible, ya que no está recibiendo un “mantenimiento”, el que necesita para seguir existiendo, porque no tiene vida propia, así como tu auténtica Naturaleza sí la tiene

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